domingo, 24 de noviembre de 2013

El atentado socialista contra el general Bosch: detención de Félix Gila Esteban

La reapertura de la causa con motivo de la detención de Enrique Pena Vila procura poner a disposición de la justicia a los demás implicados en el atentado. Fueron infructuosas las gestiones en el caso de Juan Martínez Fontenla, nacido en La Coruña el 19 de octubre de 1906. Este individuo, muy amigo de los de la Lejía, ingresó en el PSOE en junio de 1931 estando también afiliado a la UGT. Fue nombrado secretario de la Agrupación Socialista en enero de 1936 y ya veremos que participó en el asalto y robo de armas en la Audiencia durante la noche del 17 al 18 de julio, operación patrocinada por el gobernador civil que garantizó la impunidad de quienes la perpetraron. Parece que en los primeros días del Movimiento tuvo una participación destacada junto a grupos libertarios. La policía creía en 1943 que se encontraba en América, pero yo diría que estuvo escondido porque según el Diccionario biográfico del socialismo español llegó a México procedente de Portugal en febrero de 1947.

Mayor éxito tuvieron las gestiones a la hora de localizar y detener a Félix Gila Esteban. Este sujeto había nacido en San Sebastián el 20 de noviembre de 1895. Debió vivir en La Coruña a principios de los años 30 siendo a la vez entrenador del Deportivo. Estuvo afiliado a la UGT, era suscriptor de Acción Socialista y también amigo de los de la Lejía. En 1935 residía con su familia en Sevilla viajando como representante de una empresa de productos farmacéuticos. Como este trabajo no le proporcionaba ingresos suficientes, en noviembre aceptó el puesto de entrenador y masajista del Avilés. Por aquellos días este equipo no debía pasar por su mejor etapa en lo económico, así que se vio en la obligación de rescindirle el contrato y en abril de 1936 se vino a buscar trabajo en el Deportivo de La Coruña, equipo para el que ya digo que había trabajado. Como no lo contrataron, se fue de La Coruña a los pocos días de producirse el atentado contra el general Bosch...

Según su versión del atentado en la declaración que rindió ante el juez militar, él se enteró de todo al día siguiente cuando fue al Sport y Fabián Alonso le contó lo ocurrido. Y lo ocurrido fue que Bébel García y Pena Vila subieron a la habitación en donde descansaba el general, contra el que Enrique Pena Vila hizo el disparo diciendo a la vez TOMA POR CABRÓN. Así las cosas se quedarían a la puerta del hotel France García, Fabián Alonso y Juan Martínez Fontenla. Negó su participación en la primera visita al Hotel de Francia cuando se fingió policía para consultar las entradas de viajeros, pero en el careo al que lo sometió el juez con Pena Vila, este último se mantuvo en que Gila participó en los preparativos del atentado haciéndose pasar por policía ante el sereno del hotel, reconociendo a la vez que los abandonó aprovechando el momento en que Fabián Alonso fue a su casa a buscar la pistola.

Según Félix Gila, en la noche del 17 al 18 de abril estaba en el bar Libory de la rúa Nueva cuando llegaron Pena Vila y Martínez Fontenla. Le preguntaron si conocía a dos señores que se encontraban en la barra y al parecer eran militares. Contestó que no los conocía. Salieron juntos paseando hacia el Cantón Grande y a la altura del café Galicia (hoy ocupado por la Fundación Barrié) saludaron al sereno recabando de él información para conocer si en el Hotel de Londres había militares forasteros, a lo que este respondió que estarían en el Hotel de Francia. Siguieron paseando y al llegar a este último, entraron sus acompañantes que preguntaron por los militares forasteros que buscaban. Dieron la vuelta y al llegar a la Rúa Nueva, Gila se fue al Libory en donde estuvo hasta el cierre y se encaminó al Marineda. Allí se encontró con Bébel y France García, Pena Vila y Martínez Fontenla. En este establecimiento uno de sus correligionarios llamaría al Juzgado Militar para saber si al día siguiente se celebraba algún consejo de guerra, marchándose todos salvo él que se quedó con el propietario hasta que también cerró el local. No obstante lo anterior, el propietario del Marineda aseguró al juez militar que en este grupo no se encontraba Félix Gila. Al salir del Marineda se fue a la farmacia Vigil, en la que estuvo hasta las 4 de la mañana en que se retiró acompañado del sereno de los Cantones.

El aspecto tal vez más llamativo de Félix Gila es que se subió al carro del Movimiento en Sevilla en fecha tan temprana como para que le expidiesen un volante personal el 1 de agosto de 1936 formando parte de las Fuerzas Cívicas al Servicio de España, prestando servicio de población hasta el 11 de agosto; de estas pasó a las Milicias Nacionales de la ciudad en cuanto se crearon, prestando servicios como fusilero en pueblos de Huelva y tomando parte en la liberación de Llerena (Badajoz). Pasó a Talavera de la Reina en donde quedó habilitado como sargento de Infantería; marchó con su columna hacia varios pueblos de Toledo hasta que se le concedió su pase a Sanidad Militar, participando con su batallón en las operaciones realizadas en el Frente de Madrid. De aquí fue destinado al Ejército del Sur, al Hospital Marroquí de Villafranca de los Barros (Badajoz); de ahí a la Compañía de Transmisiones del Ejército del Sur, incorporándose a continuación al Cuerpo de Ejército de Extremadura. Concluida la guerra obtuvo destino en Sevilla siendo desmovilizado en mayo de 1941 cuando ya era brigada. En ese mismo año se afilió a Falange y en Sevilla tanto esta organización como la Policía y Guardia Civil lo consideraban algo así como de derechas de toda la vida, cuando tal vez se le podría cantar aquella chufla que en La Coruña dedicaban a los que habían experimentado un cambio tan sorprendente:

Antes eras comunista
ahora eres requeté
e si da volta á tortilla
comunista outra vez.

Por último, con motivo de la reapertura de la causa, se recibió nueva declaración al general Bosch, que residía en el nº 7 de la plaza de Orense, y al preguntarle por los motivos del atentado respondió que los desconocía:

...sin embargo oyó decir que había corrido la especie de que se iba a poner al frente de un Movimiento Militar en contra del Régimen que imperaba en aquella fecha y de allí el motivo del atentado.

Lo que reforzaría la creencia de que en mi opinión el atentado contra el general Bosch está relacionado con un intento de parar el movimiento previsto por los militares para el 19 de abril, asesinando a quien lo podría encabezar en La Coruña. Si el asalto y robo de armas en la Audiencia fue patrocinado por el gobernador civil, no debe repugnar que en este atentado nos encontremos ante un caso de terrorismo de Estado y no una mera iniciativa particular de las JJ SS de La Coruña. Máxime cuando se conoce el ascendiente que tenían los de la Lejía con Pérez Carballo; o que France García y Martínez Fontenla le transmitiesen confidencias relacionadas con reuniones de militares o movimientos de tropas que el gobernador consideró tan fiables que las incluyó en la declaración que prestó por escrito cuando denunció el intento de cargárselo por parte de quienes se iban a levantar el 19 de abril de 1936. Lo veremos.



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