domingo, 9 de febrero de 2014

Plante en Asalto: quitar de en medio al gobernador

En esa esquina de General Sanjurjo con Río de Monelos se encontraba hasta los 80 una comisaría de policía que comenzó siendo cuartel de los guardias de Asalto. En abril de 1936 acogía a dos compañías, una al mando del capitán Manuel Patiño Porto, y otra que dependía del capitán Ricardo Balaca Navarro. El jefe del grupo de Asalto en La Coruña era el comandante Gabriel Aizpuru Maristany. Mientras el cuartel de Asalto tenía su sede en General Sanjurjo, la Comandancia estaba instalada en la Casa Barrié de Linares Rivas. Mientras Aizpuru y Patiño eran de izquierdas, Balaca era de derechas. Al poco de comenzar la guerra, el capitán Patiño murió ejecutado en Sevilla por los nacionales, y Balaca fue igualmente fusilado en Murcia por los rojos.

Ya vimos que con motivo de un incidente ocurrido entre dos guardias de Asalto y un consumero, el día 6 de abril de 1936 ingresó en la Prisión Provincial, entregado por el capitán Patiño, el guardia José García Seijas. Esto dio pie a que se produjese lo que el P. Silva Ferreiro denomina un plante en el cuartel de Asalto. De varios detalles de interés sobre este plante proporciona información el entonces comandante de Estado Mayor, Fermín Gutiérrez de Soto, en la causa contra el general Salcedo y otros por traición, a la que aludía en la anotación anterior y que cualquier día transcribiré. De acuerdo con D. Fermín la detención e ingreso en prisión de José García Seijas provocó en el cuartel de Asalto una efervescencia extraordinaria entre la fuerza de Asalto perteneciente a la compañía del capitán Patiño. Sus miembros lograron que se uniesen a ellos los de la compañía del capitán Balaca, que esa noche estaban de servicio. Se pusieron de acuerdo para libertar a su compañero preso y quitar de en medio al gobernador civil, José Sánchez Gacio, al jefe del grupo, comandante Aizpuru, y al capitán Patiño.

El capitán Balaca había montado el servicio de aquella noche sin novedad, cuando sobre las 22 horas o algo más tarde tuvo noticia de lo que se urdía. Como al parecer ejercía un gran ascendiente, no sólo sobre la gente de su compañía sino también sobre la de Patiño, logró reunirlos a todos en el cuartel, los dejó al mando de un oficial y se fue a buscar al comandante Aizpuru. Lo encontró, como era de esperar en opinión de D. Fermín, en compañía de varios elementos indeseables en un bar de la calle de los Olmos. Allí también estaba el capitán Patiño. Marcharon todos al cuartel después de que Aizpuru se pusiese el uniforme y tuvo lugar en los locales de General Sanjurjo una escena de lo más lamentable. Los guardias recibieron a su jefe con gritos "esto no pasaría si estuviera aquí el Comandante de Oviedo", entre otros, siendo en vano todo lo que hizo el comandante Aizpuru para imponer su autoridad, teniendo que retirarse abochornado ante una indisciplina irreductible de tamaña violencia. El capitán Balaca logró imponerse enviando a descansar a la fuerza franca de servicio y cubrió con los de su compañía a los que habían abandonado, no sin antes haber reprendido a todos por su reprobable conducta, y haberles hecho callar por los vivas que a él daban.

El comandante Aizpuru marchó al Gobierno Civil y denunció que el capitán Balaca, hombre que consideraba de ideas fascistas y monarquizantes, se había sublevado con la tropa a sus órdenes. Esta denuncia se comunicó al ministro de la Gobernación y director general de Seguridad que hizo venir a La Coruña al inspector general de los cuerpos de Seguridad y Asalto, coronel Ildefonso Puigdendolas y Ponce de León. Este instruyó una información escrita de la que se suponía que tendría como resultado el traslado del comandante Aizpuru y capitán Patiño, pero que a la postre también afectó al capitán Balaca. El primero fue trasladado a Bilbao, el segundo a Sevilla y el tercero a Murcia.

Veremos, espero que sea en la siguiente anotación, que a los pocos días y con ocasión del levantamiento frustrado del 19 de abril de 1936, un mando de la Guardia Civil también planteó la idea de cargarse al gobernador.



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